La póliza es la extensión que un seguro brinda a sus asegurados y, por su propia naturaleza, puede tener cualquier tipo de contenido siempre que esté acorde con la normativa y legalidad vigente.
Las pólizas más numerosas en el mercado español son las pólizas a terceros, aquellas que comprenden responsabilidad civil voluntaria y asistencia jurídica y que son firmadas en gran número cada día en las notarías de nuestro país. Pero también podemos ampliar este tipo de pólizas, incorporando protecciones frente a siniestros como robo o incendios en el elemento asegurado.
Las pólizas a todo riesgo son especialmente importantes en actividades que puedan entrañar un riesgo o en la posesión de ciertos elementos o animales potencialmente peligrosos, y básicamente cubren todas las eventualidades relacionadas con lo asegurado. Estas últimas pueden ser con franquicia, es decir que en caso de indemnización una cifra inicial es satisfecha por el contratante del seguro.