Los testamentos son esos documentos que las personas utilizamos para plasmar nuestros deseos después de fallecer, para especificar qué quieres que ocurra con todos tus bienes después de pasar a mejor vida. Puedes pensar que cuando alguien no tiene bienes a su nombre no necesita realizar un testamento, pero estarías equivocado porque lo más recomendable es hacer siempre un testamento, independientemente de tus pertenencias porque:
- Es rápido y económico: si no quieres tener que enfrentarte a esperas y papeleos, la mejor opción para los herederos es que el testamento esté hecho, porque sin testamento se abre lo que conocemos como sucesión intestada, es decir, que es la ley quien establece quiénes son los herederos y es necesario que se entreguen en la notaría una serie de documentos y certificados para realizar una declaración conocida como de herederos abintestato.
- Posibilidad de repartir: cuando una persona con hijos fallece sin testamento, todos su bienes se repartirán por igual entre todos los hijos de fallecido. Mientras que si se realiza un testamento, se podrá elegir quién hereda y cuánta cantidad.
- Desheredar: también existen los casos en que la persona que hace testamento no quiere que un miembro de su familia herede nada suyo. Es la única forma de desheredar a un heredero forzoso.
- Derecho a rectificar: una de las ventajas que no podemos olvidar nombrar, es que el testamento se puede cambiar todas las veces que quiera la persona, ya que, solo se tendrá en cuenta la última versión realizada.
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Si quieres saber más sobre testamentos puedes tener mas información en nuestro post: ¿Cómo hacer un testamento?
